No es fácil publicitar un producto de uso muy común y casi diario, dándole una imagen agradable que provoque que sea apetecible para el consumidor. Una forma muy eficaz de conseguirlo es recurrir al humor, y Campofrío ha sabido hacerlo genial en su nuevo spot para las Finíssimas, sus lonchas envasadas de jamón cocido (York o dulce también, como prefiráis), titulado "Reencarnación".
La agencia McCann Erickson, continuando el excelente trabajo realizado para la marca en los últimos años, ha realizado una divertida pieza publicitaria protagonizada por dos sapos, uno que en su otra vida fue humano, un abogado del Estado llamado Marcelino para más señas, y otro que anhela serlo (humano, no abogado de Estado) en su próxima reencarnación. Mientras ambos ambos anfibios intentan cruzar una carretera muy transitada, uno de ellos enumera cantando todo lo que haría si llegara a conseguir la ansiada regeneración, que básicamente se resume en disfrutar, porque como bien reza el lema del anuncio: "Nunca se sabe lo que vas a ser en la próxima vida, aprovecha bien ésta".
Es probable que el anuncio, tal y como nos ha pasado a nosotros, os traiga a la mente uno de los niveles del Frogger, popular videojuego ochentero en el que había que guiar a unas pobres ranas hasta su hogar, atravesando carreteras y ríos, y que a buen seguro habrá sido la fuente de inspiración básica de los creativos publicitarios responsables de la campaña.
Si yo fuera humano,
me dejaría una melena
y me llamaría Brad.
A las Vegas me voy a mudar,
y algo en chino me voy a tatuar,
aunque no lo entienda.
Si yo fuera humano,
me haría chófer del equipo femenino de voley playa de Suecia,
creativo hippie, conde, Bob Dylan,
cualquier cosa para no currar.
Me compraría un chihuahua,
una cama de agua
y una megafuente de jamón.
Me enamoraría mogollón.
El elaborado tema musical que entona el sapo, cuya letra os hemos puesto sobre estas líneas, es una adaptación realizada en exclusiva para el anuncio por Roque Baños, uno de los mejores compositores españoles de bandas sonoras, del "If I Were a Rich Man". La canción fue compuesta inicialmente por Jerry Bock y Sheldon Harnick, para el musical El violinista en el tejado (1971), que posteriormente se trasladó a la pantalla grande en forma de película, y en cuyo metraje aparece interpretada magistralmente por el actor y cantante israelí Chaim Topol.
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